El pasado 30 de marzo se entregaron los resultados de la Beca Magíster Nacional de la ANID; beca a la que pueden postular todos los estudiantes del MADA al ser un programa acreditado por la Comisión Nacional de Acreditación. En esta oportunidad, nuestros estudiantes Raúl Henríquez y Mateo Rubio se adjudicaron esta beca.
Entrevistamos a Raúl y Mateo para darles nuestras felicitaciones y preguntarles sobre su decisión de estudiar el MADA, así como algunas recomendaciones para futuros interesados en nuestro programa y el sistema de becas de ANID.
R: Soy viñamarino y caturro por tradición familiar, estudié la carrera de antropología en Valdivia en un campus donde se entremezclaban las distintas carreras de la universidad como el entorno natural. Allí tuve la oportunidad de participar de los cursos del Programa de Honor que tenían un enfoque transdisciplinario y le tomé el gusto de entender cómo otras disciplinas podían entender un mismo problema para enriquecer las soluciones.Ya en la vida profesional trabajé para varias fundaciones, principalmente en temas de superación de la pobreza, donde le saqué jugo a la versatilidad de la Antropología: no sé cómo pero terminé trabajando durante un año como voluntario en la Sierra Madre de Guatemala.
Al volver a Chile, llegué a trabajar al área de emprendimiento de Corporación Yunus de la Municipalidad de Peñalolén, allí tuve mi primer acercamiento con el diseño de servicios como el ejecutor de un programa llamado Ruta del Emprendedor que nació de metodologías del diseño.
La curiosidad por esa metodología y la innovación, me llevó primero al Diplomado de Diseño de Servicio de la UC, donde esta materia a la vanguardia, con académicos que motivaban, pero por sobretodo mi grupo de trabajo (Pablo, Carolina, Paulina y Florencia) que hizo más entretenido y desafiante el Diplomado.
Finalmente este año, y después de darle muchas vueltas por todos los retos que hemos tenido desde octubre de 2019 a la fecha, me llevó finalmente a estudiar en el MADA.
M: Creo que lo que más me define es que soy un apasionado por la alimentación y la innovación, pero realmente fue mi carrera como ingeniero comercial lo que me acercó al diseño. Como parte de mi malla de pregrado pude tomar varios ramos orientados a la intersección entre diseño y negocios, fue ahí donde comencé a enamorarme del diseño. Es realmente refrescante ver cómo el diseño puede aportar a los negocios y la innovación, además de inyectarle una dosis de creatividad a mi carrera que la hace aún más divertida y emocionante.
Fue así que como parte de mi último año de carrera tomé un máster en Innovación y Diseño, lo que me permitió pasar mi último año sumergido en la escuela de diseño de mi universidad. En este último año y como parte de mi tesis de grado comencé mi empresa, Cáscara Foods, junto con otro compañero de universidad. Nuestro sueño es poder plasmar la economía circular en la industria alimentaria y creemos en el diseño como un catalizador clave de este cambio.
R: Ese complemento es el accionar soluciones a través de la co creación con los actores de un servicio. Hoy por hoy, con los cambios que ha generado esta pandemia, se están replanteando muchas cosas de niveles macro (replantear el rol del Estado en la sociedad), como además a niveles más micros (la interacción del funcionario municipal con los vecinos).
Vamos a tener que repensar la forma en que intervenimos, los espacios de participación de los usuarios y la innovación de los servicios públicos, como el acomodo que tienen que pasar los privado a una nueva realidad con una sociedad más exigente, hace que el MADA con las herramientas y conocimientos que nos entregan, nos impulse a innovar nuestros trabajos (en el mío específicamente en el trabajo con emprendedores) y disciplinas para responder -tomando palabras de Gramsci- a un viejo mundo que muere y a un nuevo mundo que no va a tardar en aparecer.
M: Desde que conocí el diseño es como si una puerta dentro de mi cabeza se hubiese abierto. Comienzas a mirar todo de una forma diferente, abordas los problemas de otra manera y buscas soluciones en lugares donde antes no hubieses pensado. Creo que cuando vienes de una formación distinta y más bien tradicional, el diseño se convierte en una válvula de escape para la creatividad que todos tenemos y la encausa en la resolución de problemas.
Para mí, el diseño complementa todo ámbito de mi labor profesional desde labores operativas hasta estratégicas. Es una puerta que ya se ha abierto y veo difícil que pueda volver a cerrarse.